21 diciembre 2006

¿Nos ponemos a su nivel?

Manolo Rico publicaba anoche en Periodismo Incendiario un artículo en relación a la disculpa ofrecida por Iñaki Gabilondo por el reportaje emitido acerca de cómo un señor discapacitado se hacía pasar por una víctima de ETA (supongo que para hacer más bulto y dar penita) en la última manifestación de la AVT.

Considero que si Gabilondo debía haber llevado a cabo alguna rectificación era por el hecho de intentar dar relevancia a la noticia sólo con el fin de atacar al PP, y no por una supuesta manipulación, como desde los medios cavernícolas y la propia AVT se nos ha intentado mostrar, atacando, en este caso sí, con falsedades de las que jamás les veremos rectificar o pedir disculpa alguna. Muy al contrario, utilizarán la disculpa de Gabilondo para intentar afianzar más sus objetivos.

Quiero recalcar que opino que Iñaki Gabilondo es el mejor periodista de este país, por su honestidad, su capacidad de análisis, por su claridad... No tiene medias tintas.

A raíz de este tema, Rico nos planteaba una reflexión, la cual me parece más que interesante:

¿Cuáles son, entonces, los límites del debate? O, planteado en otros términos, la alternativa es la siguiente: ¿construimos un país donde unos señores tienen la patente de corso del insulto y la descalificación mientras los demás nos tenemos que callar o apostamos por responder aun a riesgo de incrementar el nivel de crispación?


¿Qué hacemos? Creo que no debemos permanecer impasibles como dándoles la razón. Tal vez sea apropiado el método de exponer sus vergüenzas como venimos haciendo hasta ahora: La mejor manera de mostrar su ridículo es reproducir sus propias palabras, y cuando manipulen, deconstruir sus argumentos a base de sólidas refutaciones.

Lo que no podemos permitir es que en nombre de la libertad de expresión se menoscabe el valor de la verdad. Porque la libertad de expresión no justifica publicar una mentira a sabiendas.

Un saludo.

1 comentario:

Gorka dijo...

En esto de las víctimas es lo que pasa, además, ¿es que acaso el hecho de ser víctima te da algún tipo de superioridad para hablar de ciertos temas?

Quiero decir, una persona cualquiera, que nunca se haya preocupado de la política o de lo que sea, si un día se convierte en familiar de víctima parece que es como sacarse dos masters del universo para poder hablar absolutamente de todo.

En fin, serafín...

Salu2!